He tenido un sueño:
Iba por la calle y de repente
escuché un grito por encima de mi. Algo desde arriba me pasó
rozando. Un golpe seco sobre la acera. A mi lado un cuerpo desencuadernado,
todo brazos y piernas retorcidos sobre el cemento. La calle desierta. Sólo
él -eso- i yo. En la mano del caído, el clásico sobre:
<<Sr. Juez>>.
Reconozco que no debí
hacerlo pero los sueños son muy indiscretos. Quité el sobre
de la mano rígida, abrí y leí:
<<Sr. Juez: Que no
se culpe a nadie de mi muerte. Nadie me empujó, a no ser mi triste
destino. Es decir: me empujé a mi mismo para ser consecuente con
mis ideas.
Yo, señoría,
me levanté en pie de guerra, raspé mi cabeza para que resbalasen
en ella los piojos y las ideas, me vestí con un uniforme paramilitar
adornado con símbolos de guerra y victoria. Me colgué de
la cintura una cachiporra y una navaja y me fuí por la calle a defender
a mi patria con la invasión de marroquíes, negros, polacos,
sudacas. y otros seres repugnantes que invaden nuestro suelo... Llevo en
mi lista de caza más de veinte inmigrantes lesionados y creo (tuve
que salir corriendo) que alguno de ellos emigró a la otra vida después
de mi valerosa agresión.
Yo, Señoría.
en mis tiempos de descanso me dedico a leer, no crea que no soy (era) culto,
todo lo que puede alimentar el mejor conocimiento de mi raza. Eso me ha
perdido, Señor Juez.
En mi investigación
me dediqué últimamente a querer conocer mejor las profundas
raíces de mi genealogía.
Busqué los orígenes
de mi noble familia y apellidos.
Mi padre era un noble oficinista
nacido en la provincia de Madrid. Mi madre una piadosa dama de Guadalajara.
Mis abuelos oriundos de
un pueblo de Sierra Morena... Y así Seguí investigando hasta
que, rebuscando en las archivos de Simancas, encontré que mi apellido
paterno provenía de mucho, mucho más al sur... Uno de mis
antepasados en el siglo XII era un moro, un invasor, venido de las montañas
del Rif... Asustado, me desvié en las ramas genealógicas
de mis antepasados maternos... hasta que descubrí que en el siglo
XVI uno de mis «tatarabuelos" había engendrado su retoño
con una Indígena del Perú, cuando andaba por allá
en busca de oro y fama...
Señor Juez, esto
no lo puedo resistir. Yo, que he luchado por la pureza de la raza... yo,
buceando en mi pasado me encuentro que tengo sangre africana y sangre india...
¿Considera Ud., Señor Juez, que una persona de mis convicciones
puede resistir eso?
Yo, Señoría,
soy consecuente. ¡Fuera extranjeros de España! Por eso, en
estos momentos solemnes firmo este papel y voy a tirar por el balcón
a este repugnante moro y sudaca que soy.
Señor Juez. investíguese
usted y diga a todos mis colegas que busquen entre sus antepasados y si
encuentran alguna gota de sangre impura. que hagan como yo. A ver si queda
alguno vivo.
Con mis respetos, <<Señor
Juez>>.
La firma era ilegible. Yo
me desperté. En la pared un mapa del mundo parecía hacerme
un guiño irónico y decirme en voz baja:<<Recuerdos
de parte del Piteconthropus, la única raza fetén>>.
Martín Valmaseda
CULTURA
DE LA TOLERANCIA
Para conseguir una cultura
de la tolerancia en el espíritu de todos y cada uno y en la vida
social y política es preciso:
Educar a los niños
y adolescentes en un espíritu de comprensión y apertura a
los demás, en su cultura y en su historia, así como en su
humanidad fundamental, que es la nuestra.
Enseñarles que es
importante rechazar la violencia y usar medios pacíficos para resolver
los desacuerdos y los conflictos.
Inculcar a las generaciones
venideras sentimientos de altruismo, de apertura, de respeto al otro y
de solidaridad.
Adoptar una actitud desprovista
de arrogancia en las relaciones entre las generaciones, los sexos, los
individuos, las comunidades y el ser humano y la naturaleza.
Perfeccionar los sistemas
y los programas educativos para preparar a las generaciones futuras a vivir
en esas sociedades cambiantes y multiculturales que son las nuestras
Impartir lo antes posible
a cada uno preparación intelectual que le permita formarse opiniones
libres, humildes. y responsables. Suprimir de los manuales, expresiones
de resentimiento para con ellos.
Abordar de una manera distinta
la ética y los valores que transmiten las diferentes religiones.
Alentar el conocimiento
mutuo de los pueblos mediante las expresiones artísticas contemporáneas
para evitar los prejuicios tenaces y los estereotipos crónicos
Apreciar a cada persona
es la base ética de la paz, de la seguridad y del diálogo
intercultural
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DECÁLOGO POR
LA TOLERANCIA
Y LA SOLIDARIDAD.
1·Escucha y considera
la opinión de tus mayores
2·Permite a quienes
tienen alguna minusvalía, vivir en igualdad.
3·No margines ni
ridiculices a nadie por su manera de vivir la sexualidad.
4·Comparte lo que
tienes con los más desfavorecidos y ayúdales a superar su
situación.
5·Pide para todas
las personas las mismas opurtunidades.
6·Acoge a quienes
han tenido que abandonar su tierra contra su voluntad.
7·Respeta las ideas,
creencias y culturas diferentes a la tuya.
8·Rechaza toda forma
de violencia como modo de resolver las diferencias.
9·Esfuérzate
en descubrir las cualidades de los otros.
10·Ama la vida en
todas sus manifestaciones y respeta su desarrollo.
Alumnos de 8º curso.
Colegios de Lourdes, Carranza
y Solvoechea, de Cádiz.
TODOS DEPENDEMOS DE TODOS
MÁS DE LO QUE CREEMOS
Tu Cristo es un hebreo.
Tu pizza es italiana.
Tus vacaciones son internacionales.
Tu democracia es griega.
Tu escritura es latina.
Tu café es brasileño.
Tus números son árabes.
Tu coche es japonés.
Tu reloj es suizo.
Tu cerveza es alemana.....
y.....
¿Tu vecino es el
único extranjero?
|
Mª
Jesús Viana
Intolerancia de «andar
por casa»
Francisco J
Valiente
¿Se atrevería usted a apalear
a un negro? ¿Quemaría las casas de los gitanos? ¿Participaría
en una manifestación para expulsar a los moros? Por supuesto que
no. Todas esas conductas nos parecen abominables, van en contra de nuestros
principios y haríamos todo lo posible para que tales situaciones
no se produjeran. De acuerdo.
Las conductas antes descritas formarían
lo que podemos llamar intolerancia fuerte: intolerancia que se viste con
chupa de cuero, que calza botas militares y se refugia tras el anonimato
que ofrece un pasamontañas. Es la intolerancia de quienes tienen,
por dentro y por fuera la cabeza rapada. Pero cuidado; este tipo de intolerancia,
a veces, puede venir disfrazada con traje y corbata y apoyarse en poderosas
razones macro-económicas o socioestructurales. Contra esta forma
de ser y actuar luchamos todos y trabajamos por erradicar cualquier brote.
en la medida de nuestras posibilidades.
Pero esta intolerancia fuerte no nace de forma
espontánea. Requiere un caldo de cultivo unas condiciones que la
posibilitan. Y es aquí donde todos tenemos algo que aportar.
Hay un tipo de intolerancia débi1, de andar por casa. que
a todos nos afecta. Que anda rondando por las tierras, los bares, las aulas
de nuestras ciudades y se cuela en las conversaciones de la calle. Pequeños
rasgos y detalles que pueden parecer insignificantes pero que, en condiciones
especiales, pueden conducir o justificar los brotes de violencia racista
a los que asistimos atónitos en estos últimos tiempos.
De este último tipo de intolerancia
participamos, en mayor o menor medida, todos. Nuestras relaciones con los
demás, con excesiva frecuencia. están teñidas de algunos
rasgos poco tolerantes. El punto de partida de lo que quiero decir es la
aceptación incondicional o no del otro. Tal vez no sepamos todavía,
vivir en la diversidad; tal vez hayamos tenido que aprender, a marchas
forzadas, el valor de la pluralidad y la importancia del respeto. Todos
nos definiríamos como personas tolerantes, abiertas y respetuosas
con los demás. Pero no siempre lo somos sin reservas sino, a veces,
a pesar nuestro y a regañadientes.
La base de la tolerancia es la aceptación,
sin compromisos, del otro, sus ideas y su forma de vida, aunque no concuerde
con lo que nosotros pensamos. Y creo que, para que esta aceptación
sea verdadera ha de partir de la solidez de nuestras propias convicciones.
Puede parecer contradictorio y hasta paradójico, pero creo que es
así.
Desde las propias ideas, sometidas a crítica
y contrastadas, podemos comprender el difícil camino que conduce
a la adquisición de las convicciones de uno mismo y lo arriesgado
que resulta, en algunas ocasiones, defenderlas. Así se puede valorar
y entender mejor la postura de quien piensa distinto de nosotros y se puede
reconocer su esfuerzo por ser coherente. Desde la propia experiencia de
haber tenido que defender las propias ideas, porque se tienen y se creen
dignas de ser defendidas, se ha de ser más comprensivo con aquellos
que han recorrido otros caminos y, ante nosotros, defienden sus adquisiciones.
No hay que tener miedo a la diversidad. a
la discrepancia y sí a la uniformidad. Pero todo esto no pasaría
de un plano intelectual si no se concreta en la vida de cada día.
En nuestro trabajo, en el lugar de estudio, en la familia o con los amigos,
hemos de crear espacios de respeto hacia el otro. No hace falta que ese
otro sea lejano o extranjero: antes de nada hay que comenzar por asumir
las discrepancias de quienes son de nuestra misma raza, lengua y cultura.
Pensar en nuestro trato con los que nos rodean esos pequeños detalles
de intolerancia que jalonan nuestra vida diaria: juzgar por las apariencias,
mantener prejuicios, ver dobles intenciones a cada paso, justificar nuestros
fallos pero no las equivocaciones de los demás, creernos poseedores
únicos de la verdad. descalificar a quien piensa distinto de nosotros,
etc.
Me parece que este puede ser un primer paso
para construir una sociedad más tolerante. Una sociedad en la que
no sólo erradiquemos las formas más llamativas de intolerancia
sino, también, la intolerancia de cada día, la que todos,
en alguna medida, practicamos, la de andar por casa.
Jóvenes y xenofobia
Mario Pardos
1- Racismo, xenofobia y juventud:
una relación estrecha
A la hora de hablar de xenofobia y juventud,
es necesario que precisemos ambos conceptos
y los relacionemos. Es el punto de partida desde el cual se realiza nuestra
reflexión.
El diccionario de lengua española distingue
entre los conceptos racismo y xenofobia. Define al primero como la teoría
de origen nacional socialista alemán que hace prevalecer la propia
raza sobre cualquier otra y desde ésta, en orden descendente, hasta
llegar a denigrar la existencia de ciertas razas. Sin embargo, entiende
por xenofobia el odio desmesurado y empírico en acciones por todas
las demás razas <más bien nacionalidades> que no sean
la propia, es decir, odio violento a extranjeros. El racismo en sí
tiene de fondo una visión etnocentrista de la propia comunidad humana.
Nosotros aquí no haremos distinción
de conceptos por dos motivos, primero porque no se pretende realizar un
estudio conciso donde las terminologías sean relevantes. y segundo,
lo más importante, porque la práctica de acciones xenófobas,
violentas o no, ha logrado demostrar su unión, dependencia e interrelación
con el racismo como ideología de base y la afirmación etnocéntrica
de la propia raza. Nos circunscribimos al ejemplo de España.
En lo referente a los hechos y consideración
específicamente juvenil, se puede decir que ocurre lo mismo. Hoy
los acontecimientos xenófobos y racistas en España están
protagonizados, según datos policiales, por jóvenes de 17
a 25 años en el 93% de los casos. Así, pues, decir xenofobia
en España es, prácticamente, decir jóvenes españoles
xenófobos. La violencia siempre ha sido practicada por los jóvenes,
mientras los adultos han sido los que manejaban sus hilos agresivos. especialmente
desde la máxima de André Breton allá por mayo de 1968:
"El supremo acto surrealista es tomar un revólver
y disparar indiscrimínadamente sobre la multitud".
2- A fuerza de casos recientes
El acontecimiento racista se presenta últimamente
con un matiz de moda, de boom, de fuente de "solidaridad", cuando no de
oportunismo periodístico para evadir problemas nacionales más
profundos. Es en la década de los ochenta la noticia fue la intolerancia
con el mundo gitano, los drogodependientes y los nuevos modos de relaciones
sexuales; la de los noventa se caracteriza por los hechos de violencia
ejercida sobre los inmigrantes.
Algunos casos, sobre todo, han puesto sobre
el tapete de la actualidad social, desde uno u otro frente, una constatación:
el español es cada día más xenófobo. La muerte
el día 13 de noviembre de 1992 en Aravaca (Madrid) de Lucrecia Pérez,
dominicana y, según se supo después, trabajadora de una discoteca,
hizo saltar a la palestra la realidad. Se siguieron después manifestaciones
por las principales calles de Madrid y gestos de antí-racismo, a
la vez que se repetían los hechos poco después.
En 1993, un joven moría en Barcelona
a manos de los "cabezas rapadas". Y a principios de 1994, Otro joven madrileño
era asesinado por las bandas de skinheads. La sensibilidad en estos últimos
casos fue menor. pero acaparó la atención de todos, sobre
todo, porque coincidía con las fechas claves de su actuación:
el 20-N (aniversario de la muerte de Franco) (Cfr. además los sucesos
señalados en De la mano de los textos de este mismo dossier).
No significa que los acontecimientos señalados
sean lo más álgido de la intolerancia en España, pero
sí que, por unas u otras causas, fueron el detonante para que la
sociedad española se organizara a favor o en contra. Mención
aparte merece la prensa escrita que, cuando no tuvo noticias de casos concretos,
empleó sus columnas para la reflexión más variada
y abundante en torno a la xenofobia que ha experimentado la sociedad española.
3- Movimientos xenófobos
Casi siempre el tipo de violencia xenófoba
responde a tres características básicas: es ejercida por
varones, con carácter individual o de grupos privados y no tiene
fines económicos ni móviles estratégicos, sino que
su base hay que buscarla dentro de las ideologías.
De entre los grupos juveniles racistas o xenófobos
destaca el de los Skinheads o cabezas rapadas. El grupo se define con una
suma de caracteres de culto a la violencia porque sí e ideologías
neonazis. Aprovechan su indumentaria, su calva preparada para el caso,
sus cicatrices de "guerra" con heavies o punkies y su jerga para causar
pánico a quienes se acercan. Ante el ciudadano corriente, les basta
con saberse mirados y causar miedo. No pocas veces, aunque cada vez menos,
hay que buscarlos de ordinario a la salida de ciertos encuentros internacionales
de fútbol (recuérdense auténticas masacres provocadas
por estos grupos o sus derivados en estadios de otras naciones).
Su origen ideológico se asocia a la
definición que Alemania da de sí misma en el siglo XIX: una
"nación de una sola raza", así como en la ley alemana de
ciudadanía de 1913. Con todo. está presente, incluso de forma
institucionalizada, en partidos politicos y sindicatos en el resto de Europa,
principalmente en Austria, Suiza, Inglaterra y, en general, entre los movimientos
que aplauden la iniciativa étnica de Hitler. Baste un dato más:
200.000 personas se manifestaron en Viena (Austria), un país conservador
y nacionalista en materia racista, el 23 de enero de 1993, clamando por
un cambio de leyes y aumento de poder de un partido xenófobo que
ya posee el 19% de los votos de las últimas elecciones.
Según la policía (Cfr. El Mundo,
21-9-93) hay en Madrid del orden de 300 miembros. aunque resulta difícil
precisar el dato por que su número crece día a día.
Baste, para tener una idea de su auge, con saber que en el primer trimestre
del 93 se detuvieron a 288 skíns". La franja de sus edades va de
los 13 a los 21 años.
Otros pequeños movimientos claman contra
la entrada de inmigrantes en España por motivos laborales dado que,
supuestamente, quitan puestos de trabajo a los españoles, especialmente
a los jóvenes. Recientemente se ha descubierto que más del
53% de ellas se dedica a realizar tareas de agricultura o ganadería,
hostelería y servicios domésticos que los españoles
no están dispuestos a hacer.
4- Movimientos anti-racistas
El pluralismo actual de la juventud, no sólo
de la española, es hecho evidente. Nos interesa ahora un grupo de
ellos, muy extendido y diversificado: aquellos que dedican sus esfuerzos
juveniles a preocuparse por los demás, en este caso por los inmigrantes
y contra la intolerancia en general. Son grupos muchos veces integrados
en asociaciones cama: SOS-Racismo, Jóvenes por la Intolerancia (que
a su vez comprende más de 10 asociaciones), Servicio de Extranjeros
de Cruz Roja, CEAR (Comisión
Española de Ayuda al Refugiado), COMRADE (Comité de Defensa
de los Refugiados y Asilados en el Estado Español), KARIBU (amigos
del pueblo africano), FEDORA (ayuda al inmigrante), etc.
Sus plataformas de actuación son variadas,
según las grupos. Se puede afirmar que, fundamentalmente, desarrollan
una tarea de triple sentido: animación y sensibilización
de la población, presión ante los poderes públicos
y civiles para combatir el racismo de una forma eficaz y apoyo y encuentra
can las emigrantes en circunstancias de rechazo xenofóbica. Para
ello, suelen cantar can formación de animadores de las Asociaciones,
publicación de escritos y materiales didácticos antirracistas,
comunicación y formación de grupos con personas inmigrantes,
participación en los Medias de Comunicación Social, etc.
Si todo movimiento asociativo juvenil influye
sensiblemente en las actitudes sociales del entorno, queda demostrada su
eficacia, particularmente cuando asume el rol de ser un cauce de integración
de los diversos colectivas étnicos, inmigrantes o no, y de las jóvenes
menos favorecidos en general. Ciertas características de la sociedad
española actual, entre las que se encuentran la mayor formación
de la juventud, el valor del tiempo libre, la mayor sensibilidad de dedicación
a los demás, el adquirir un compromiso político o religioso,
etc., hacen posible que, cada vez más un mayor número de
jóvenes, emprendan esta tarea solidaria.
5- Actividad legal internacional
Según el Parlamento Europeo, se están
dando claras situaciones de discriminación o racismo institucionalizado",
lo cual atenta contra las bases más sólidas de las sociedades
democráticas.
Muy brevemente, pues no es el objeto de nuestra
exposición, debemos aludir a algunas problemáticas que se
dan en torno al fenómeno xenofóbico. En un primer momento,
la reflexión sobre el racismo debe desmitificar la unión
que se da en nuestras culturas de fenómenos que no necesariamente
deben ir unidas, particularmente cuando se une el odio étnico a
otros problemas cama delincuencia, drogadicción, prostitución,
homosexualidad, contrabando, etc., como si sólo las habitantes extranjeros
o gitanos de una ciudad fueran los causantes de estas lacras sociales.
En un segundo momento, debemos considerar
e intentar igualar las legislaciones vigentes en Europa. desenmascarando,
tomando conciencia y soluciones ante la realidad de que con acogida lícita
en todo país de quien se refugia por motivos de persecución,
política, religión, etc., existen. los motivos económicas.
Poco soluciona entonces crear leyes que sólo sirven para enmascarar
y no solucionar lo que está de fondo: la incertidumbre que invade
a las más jóvenes ante un futuro, asumida por sus generaciones
anteriores, que ellos no están dispuestos a aceptar. De los casi
19 millones de refugiados en el mundo, el 71% son niños o jóvenes,
principalmente mujeres.
6- Análisis sociológico
España está descubriendo, ante
las últimas olas de violencia xenófoba, que es racista y
debe desechar aquella brutal expresión de que "racistas son los
otros", los que nos llegan aquí. En definitiva, el español,
joven o no, se encuentra hoy ante una disyuntiva que merece un análisis
sociológico y, sobre todo, formación ética y moral,
para hacer que se concreten los fervientes deseos de solidaridad internacional
y se destierren los prejuicios personales ante la realidad social de la
delincuencia, la incomprensión y, en fin, del paro como el lema
que puede tocarnos más directamente.
Existe disyuntiva social que aclarar: de una
parte, en principio y salvo casos aislados, nadie desea la extinción
de una raza desde la defensa etnocéntrica de la propia, pero se
detecta paralelamente un grito nacionalista (al estilo de aquel "España
para los españoles"). Por si fuera poco, un balance sobre las políticas
de mercado, los acuerdos internacionales, las técnicas y medios
de comunicación, e incluso casos de confesiones religiosas, detectan
que hay un racismo civilizado que no pinta pancartas ni grita por las calles,
una xenofobia solapada; la peor.
Una muestra más de que la xenofobia
se ejerce y protagoniza desde los jóvenes es el escaso recuerdo
histónco. La inmigración, base del problema racial, se ha
dado en todas las sociedades desde sus comienzos. Baste recordar el número,
aún hoy pero más en las décadas pasadas, de españoles
afincados y enriquecidos en Europa, o el dato de que uno de cada cuatro
franceses tenga en un árbol genealógico sangre española.
Quizá a nuestros padres y abuelos les sirvió de mucho no
ser más negros ni amarillos que los acogedores amos. Un país
que debe tanto al extranjero, sea cual sea el país, no debería
permitirse hoy seguir la moda nazi. Es una visión que conviene recordar,
también en la educación.
La construcción de una Europa fuerte
y unida quizá conduzca a un mayor rechazo étnico de invasión.
Los demás sobran porque no nos aportan nada. Ante la proclamación
de la ONU de 1990, "Los trabajadores emigrantes y sus familias deben tener
libertad para abandonar cualquier Estado, incluyendo el Estado de origen",
España reaccionó con la "ley de extranjera". Sin duda, se
impone una obligación, a españoles y europeos: crear una
cultura y educación más solidarias como vacuna contra el
virus xenofóbico.
7- Contra xenofobia, educación
en la solidaridad
Dicha queda la necesidad de una ética
de valores humanos y de una visión histórica de los movimientos
migratorios españoles para comprender y aceptar mejor la situación
actual de emigración y xenofobia que vivimos. Y queda patente, por
otra parte, la falta de educación para la pluralidad. Pero, me parece,
que en clave de educación se impone, como valor primero, el de una
reflexión, información y educación más solidarias.
Desde distintos medios -prensa, escuela, universidad-
la batalla contra el racismo lo es contra el egoísmo. No ser xenófobo
no es sólo no matar seres humanos de otras razas, es aceptarlos
a nuestro lado como a uno más. Sí los movimientos migratorios
han labrado y enriquecido durante siglos la historia de la humanidad en
todas sus facetas, habrá que vencer un temor de fondo en nuestra
cultura, y educar desde y en la positividad del intercambio cultural, cualquiera
que este sea.
No debe darse ni una falta generosidad, ni
egoísmo insolidario. Nos es, incluso, más fácil de
aceptar que somos racistas que el ser insolidarios, pero debemos ir a la
raíz del problema. En una España que se movilíza desde
diversos frentes y con múltiples objetivos para ser solidarios con
los que mueren de hambre o enfermedad más abajo de Gibraltar (y
ello no está mal), nos cuesta aceptar al lado de los pobres a quienes
realizan, las más de las veces, trabajos que nosotros no queremos
realizar y a precios que no estamos dispuestos a tolerar. Lo que no soportamos
es la pobreza, tampoco la española. Se impone una educación
más solidaria como primera medida antirracista y tolerante.
8- El voluntariado>>: un camino
nuevo
Más de siete millones de españoles
participan en acciones de voluntariado, según el cálculo
de la Plataforma para la promoción de este tipo de actividades.
Sacrifican parte de su tiempo cuidando a enfermos de sida, trabajando con
los reclusos o asesorando a refugiados. No perciben dinero por su trabajo.
Les mueve, sobre todo, la solidaridad y el altruismo, valores que hoy en
día cobran auge al tiempo que desciende el ideal del enriquecimiento
rápido. Pese a todo siguen siendo pocos los voluntarios en España;
la mitad que en otros países de la Unión Europea.
La ministra de Asuntos Sociales reconocía
el mes pasado que las ONG ejecutan con mayor eficacia que la Administración
los proyectos de ayuda humanitaria. Gobernantes de todo el mundo y organismos
internacionales como Naciones Unidas coinciden en subrayar la eficacia
y méritos de la acción voluntaria.
Se les reconoce, por ejemplo, una mayor capacidad
para detectar las necesidades sociales, dada su proximidad al ciudadano.
Igualmente, se hallan menos lastradas por las tareas burocráticas,
lo que se traduce en una agilidad de reflejos y una operatividad de la
que carece la Administración. Asimismo, fomentan la participación
ciudadana, favorecen la experimentación de métodos y prestan
una atención más personalizada frente a la masificación
de los servicios públicos.
9- Un ejemplo: <<Manos
Unidas>>. Campaña contra el hambre
<<Manos
Unidas>> es una ONG católica de voluntarios, creada en 1960.
Su fin " la lucha contra el hambre, la mala nutrición, la enfermedad,
el subdesarrollo y la falta de instrucción" (Estatutos, art. 6).
Nació como una campaña puntual contra el hambre y, a partir
de 1978, adquirió plena personalidad jurídica, canónica
y civil, pasando a llamarse <<Manos Unidas>>.El objetivo general
de la organización se concreta en dos líneas de trabajo:
Sensibilizar e informar a la opinión
pública y a los órganos de poder sobre la realidad del Tercer
Mundo para impulsar cambios estructurales y de actitud que promuevan la
justicia. En este aspecto, tiene mucha relevancia potenciar la Educación
para el Desarrollo por medio de los servicios educativos, de documentación
y de información, así como a través de la relación
con profesionales y los medios de comunicación.
Financiar proyectos de desarrollo en Asia,
Africa, América Latina y Oceanía. Estos proyectos están
elaborados por el grupo del Tercer Mundo que solicita la colaboración
de Manos Unidas y tienen como objetivo mejorar las condiciones de vida
de las personas y posibilitar procesos de autosuficiencia comunitaria.
Se exige la participación activa de la población beneficiada
y para su aprobación no se hace ninguna distinción por raza,
religión o país. Los fondos son enviados directamente, lo
que disminuye los gastos e incrementa la eficacia.
La campaña de Manos Unidas ("Un solo
mundo. Un proyecto común") quiere reflexionar sobre el consumo y
el medio ambiente. Cómo la avidez de consumo y la creación
constante de nuevas necesidades que tenemos en el Norte, hace que los recursos
no sólo no estén bien distribuidos sino que incluso puedan
llegar a agotarse.
El gasto de papel por habitante y año
en los países ricos supera los 100 Kilos, mientras que en el Sur
se estima en 8. Mientras tanto, en algunos países africanos el desierto
está avanzando 8 Km. al año.
Miles de personas mueren al día por
desnutrición, mientras que en los países ricas cada vez son
más las enfermedades cama consecuencia de dietas demasiada abundantes
en grasas y proteínas.
El Norte consume el 70% de la energía
del mundo, el 75% de sus metales y el 85% de sus maderas. Si el Sur consumiera
de la misma forma, se necesitarían 10 veces más de combustibles
fósiles y 200 veces más de riquezas minerales.
El mundo es uno e interdependiente, no queremos
decir homogéneo, cada país, etnia, etc., con sus culturas
y sus valores tiene que enriquecer al conjunto del planeta, pero a su vez
tiene que participar en construir un espacio en el que todas con sus peculiaridades
tengan cabida y puedan desarrollase como personas.
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